La Navidad es el periodo del año en el que más juegos y juguetes se regalan. Pero muchos de estos juguetes pasan a un segundo plano en apenas unos meses, bien porque una vez pasada la novedad ya no interesan tanto, o bien porque los juguetes nuevos desplazan a los más viejos y no disponemos de sitio para almacenarlos. En este caso, los juguetes reciclados u otras formas de reutilizar los juguetes son la solución perfecta.
La gran cantidad de juguetes que pueden llegar a acumular los niños en el mundo desarrollado ha abierto un debate sobre lo sostenible que es esta manera de consumir. Por eso son cada vez más las empresas que apuestan por juguetes y juegos reparables, fabricados con materiales reciclados y reciclables y el ecodiseño, el cual consiste en diseñar los juegos y juguetes pensando desde un inicio en su reparabilidad y su reciclabilidad.
Al alargar el tiempo de vida útil de un juego o juguete, se reduce la generación de residuos y se evita el impacto ambiental negativo. A su vez, al concebir los juguetes como reciclables desde un principio nos aseguramos de que tendrán una segunda vida una vez los pequeños de la casa ya no quieran jugar con ellos.
Sea cual sea, cualquier alternativa es buena si con ella contribuimos a disminuir la cantidad de residuos reutilizando juguetes y juegos que ya no usamos.
Como acabamos de comentar, casi todos los juegos y juguetes tienen una fecha de caducidad, bien porque ya no sean útiles y no se pueda seguir jugando con ellos, bien porque el niño crezca y cambie de gustos, o bien porque le hayan regalado nuevos juguetes y los viejos caigan en el olvido.
Si el juguete sigue funcionando correctamente, éstas son algunas de las opciones a las que podemos optar para reutilizar los juguetes y que otros niños puedan seguir disfrutándolos:
Venderlos. En la actualidad hay un sinfín de opciones para vender los juegos y juguetes usados en webs o tiendas de segunda mano, y de esta forma ganar un dinero extra.
Donarlos. A alguna entidad o institución que de forma altruista los destine a niños de familias sin recursos. O también a hospitales o centros educativos para que los pequeños puedan disfrutar de los juguetes que ya no usamos.
Regalarlos a familiares, amigos o conocidos con niños de edades similares y que de esta forma los juguetes sigan aportando diversión.
No obstante, también está la opción de reutilizar los juguetes, dándoles un uso completamente nuevo y diferente al que han sido destinados. Por ejemplo, un muñeco puede convertirse en un colgador de ropa o en un tirador para un cajón, un monopatín puede ser un original estante, cojines de peluches, espejos cuyo marco son juguetes pequeños, etc.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que es muy importante que no compremos por comprar, es decir, que no adquiramos juguetes innecesarios. Al reducir el consumo también minimizamos la generación de residuos y por consiguiente nuestra huella ecológica. Es importante que eduquemos a los niños en el consumo responsable.
En segundo lugar, es importante reutilizar, es decir, volver a usar esos juguetes o, si el niño o niña ya no los quiere por el motivo que sea, donarlos a otros niños que a lo mejor no se puedan permitir comprar este tipo de juguetes, a familiares y amigos, ONGs, hospitales, colegios, etc.
Y en último lugar, existe la posibilidad de reparar, cada vez menos utilizada, ya que estamos acostumbrados a sustituir las cosas estropeadas por nuevas en lugar de arreglarlas, cosa que hace unos cuantos años no pasaba. En muchas tiendas de juguetes encontramos servicios de reparación que ofrecen arreglar cualquier juguete adquirido, incluso aunque éste se haya estropeado al usarlo, y no sólo cuando se trate de un fallo de fabricación.
Por último, los juguetes también se pueden reciclar, ya que en ocasiones no es posible reutilizarlos o darles otro uso, porque no funcionan correctamente o porque están muy deteriorados. Y para reciclar de forma correcta habrá que tener en cuenta los materiales de los que están compuestos. Habitualmente un juguete está compuesto de múltiples materiales, lo que hace que su reciclaje sea muy complejo. Incluso en muchas ocasiones se recomienda directamente desecharlos en puntos limpios, donde se encargan de gestionarlos de manera adecuada.
Por lo tanto, es muy importante saber dónde tienen que depositarse para que puedan ser reciclados correctamente. Un error común es depositarlos en los contenedores destinados a papel y cartón (contenedor azul) o plástico (contenedor amarillo). El contenedor o punto al que debemos hacer llegar los juguetes dependerá del material con el que estén fabricados:
Juguetes textiles. Son los fabricados de tela. Por ejemplo, los peluches, muñecos de trapo o la ropa de los muñecos. Deben ser depositados en los contenedores destinados a la recogida de ropa.
Juguetes de plástico. Aunque sean de plástico, necesitan un tratamiento de reciclaje diferente al de, por ejemplo, una botella de plástico. Por este motivo, los juguetes de plástico deben ir al punto limpio en lugar de al contendor amarillo. Si además se trata de juguetes eléctricos, antes de llevarlos al punto limpio es necesario quitarles las pilas o baterías y depositarlas en el contenedor de pilas.
Juguetes electrónicos. Se pueden llevar a los puntos de venta y ellos se hacen cargo de esos residuos gracias a las empresas que gestionan los RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos).
En Cayro nos comprometemos con el medio ambiente y por ello apostamos por reutilizar los juguetes. Por este motivo hemos lanzado el Proyecto Play for Change que trata de aumentar la vida útil de nuestros juegos utilizando materias primas duraderas y responsables, logrando de esta forma productos más sostenibles. Nuestro principal compromiso es con la educación y diversión de los niños de 0 a 99 años y con su derecho a jugar, al mismo tiempo que se promueve el cuidado del medioambiente y la creación de productos 100% sostenibles.